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¿Qué es la Tirosinemia tipo 1 y cómo podemos tratarla?

La tirosinemia tipo I es un trastorno autosómico recesivo raro con una incidencia de 1 caso por cada 100.000 a 120.000 nacidos vivos alrededor del mundo, en ciertas áreas del mundo como en Quebec se presenta en 1 caso por cada 1850 nacimientos(Roth, 2017).

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Esta enfermedad es causada por la mutación del gen IVS61 que podría encontrarse en el 66% de los pacientes aunque hay otras mutaciones menores como c.974C>T y c.398>T, estos daños genéticos provocan una deficiencia de la enzima fumarilacetoacetasa, a su vez esta enzima es componente de la vía de la degradación de la tirosina lo que ocasiona la formación de metabolitos tóxicos que incluyen a la succinilacetona el meiloacetato y el fumarilacetoacetato; estos metabolitos tóxicos son los que causan la disrupción severa del metabolismo intracelular hepático y renal que se manifiesta en una clínicaque abarcafalla hepática en el 55.8% de los casos, hepatomegalia asintomática en el 44.1% de los casos y disfunción renal tubular en el 29.4% de los casos; entre las complicaciones a largo plazo se encuentra una pobre supervivencia tanto por los problemas previamente descritos como también por la presencia de carcinoma hepatocelular que es uno de los cánceres más agresivas con tasa de mortalidad en corto plazo sobre el 90%(Couce et al, 2011) (de Laet et al, 2013).

El tratamiento con nitisinona ha revolucionado el manejo de la tirosinemia tipo I (Gissen, Preece, Willshaw & McKiernan, 2003); la eficacia de su uso se ha medido en varios escenarios, al ser una enfermedad de baja prevalencia e incidencia el aporte de registros poblacionales ha sido invaluable; entre los diversos estudios que muestran disminución de sintomatología y complicaciones se reportan algunos beneficios como son:

Disminución de los productos tóxicos originados por la deficiencia del metabolismo de la tirosina. Estos metabolitos se pueden medir en orina y así evaluar el impacto del tratamiento. Se ha logrado disminuir la secreción urinaria de HGA (ácido homogentístico) que sin el tratamiento se acumula en el organismo. (Ros Viladoms et al., 2001).

En la alteración del metabolismo intracelular hepático se puede promover la formación de neoplasias, la estirpe que se genera es el carcinoma hepatocelular que tiene una pobre supervivencia; el uso de este fármaco se ha observado enlargos seguimiento que incluyen al estudio de Québec (el lugar en el mundo con mayor número de casos) donde logra la reducción de la aparición del carcinoma hepatocelular, sobre todo si se usa de manera temprana; en caso de que se presenten ya lesiones hepáticas, el uso de nistinona puede provocar regresión de las mismas a estados prelesionales (Holme,, Lindstedt, 1998), (Alvarez et al, 2017), (Lindstedt, 1992).

Otra de las áreas de importancia en el tratamiento es evitar el deterioro neurológico que se asocia a muchos trastornos enzimáticos y que en el presente caso se muestra en problemas de neuropatías o crisis neurológicas; se logrará aminorar la aparición de neuropatía periférica manifestada por dolores abdominales, de miembros inferiores (Gibbs et al., 1993), así como la presencia de trastornos de la atención. (Pohorecka et al, 2012).

El daño renal es de suma importancia en la evolución de esta patología y por ello un objetivo de gran importancia es mantener, por largo tiempo, un buen funcionamiento tubular renal ya que esto logrará una adecuada función renal que se traduce en mejor calidad de vida (Pronicka et al., 1996), buscamos que el efecto mejore los trastornos del fosfato y proteinuria fundamentalmente (Maiorana, Dionisi-Vinci, 2017).

Su uso temprano se asocia con la prevención de complicaciones como son la insuficiencia hepática, carcinoma hepatocelular y enfermedad renal (Mayorandan, 2014); el efecto benéfico del uso de nistinona se ha visto en registros poblacionales que mejora tanto los resultados a corto plazo como los resultados a largo plazo relacionados con la enfermedad (Zeybek, 2015). La buena tolerancia del tratamiento dada en sus bajos efectos adversos y el gran resultado en la reversión de los síntomas, así como el efecto en los valores de laboratorio ha demostrado mayor adherencia por el paciente y sus cuidadores en comparación a las medidas de dieta inclusive (Malik et al, 2015). El tratamiento ha demostrado beneficio en varias zonas incluyendo a países en vías de desarrollo como en Palestina (Dweikat, 2021) y sin embargo si en otras zonas no se dispone, se compromete la supervivencia de los pacientes; en México se ha encontrado que, si la estrategia se basa solamente en la restricción alimenticia,dicha supervivencia a los tres años alcanza el 10% (Fernández-Laínez, 2014).

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Por lo expuesto, se considera que el uso de nitisinona en el paciente con diagnóstico de tirosinemia, es justificado ya que le brinda al paciente una alternativa terapéutica que le dará beneficio clínico que se traducirá en calidad de vida y sobre todo en tiempo de vida.

Bibliografía:

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